De un tiempo a esta parte, hemos vivido cambios
vertiginosos con relación a los procesos de cambio cultural, de aprendizaje, de
socialización… estas implican participación reflexión, interacción, diversidad,
desafíos, ritmos y sensibilidades diferentes,
ante el avance de las tecnologías de la información y comunicación. Educar hoy
es un desafío permanente… contando con
estos medios que influyen y nos copan tanto en forma positiva o dañina, pues
implica formación de criterios, acompañamiento, discernimiento, análisis con
respecto a las informaciones o datos con que se cuentan en la red. El impacto que conlleva el nuevo marco
globalizado del mundo actual y sus difundidas, ineludibles y poderosas
herramientas tecnológicas, lleva a la
humanidad a una revolución en todos los ámbitos sociales que afecta muy
especialmente, al desarrollo humano y a la labor educativa.
Estamos ante una nueva cultura que supone nuevas
visiones para entender el mundo que nos rodea, se nos ofrece nuevos sistemas de
comunicación que se propagan con rapidez a cualquier lugar e instrumentos, presenta
nuevos valores, normas de comportamiento y una cambiante sociedad, las necesidades
de formación por lo tanto de los adultos es continua y necesaria.
Estamos sometidos a vertiginosos cambios, nuevas
problemáticas, exigiéndonos múltiples competencias, iniciativas, creatividad,
uso de las herramientas tics, trabajo en equipo, para crear el conocimiento exacto
que nos permita afrontar las situaciones con éxito.
Hoy, el docente, el formador, estamos invitados a
una mentalidad más abierta, a ser el mediador, a ser más accesible para poder
ayudar a los educandos a “aprender a aprender”, promoviendo su desarrollo
cognitivo y
personal mediante actividades variadas y significativas, manteniendo una actitud
investigadora y crïtica para que vayan construyendo su propio conocimiento.
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